13 jun 2011
HUELLA ECOLOGICA: recursos vs humanidad (primera parte).
En los inicios el planeta recibía, asimilaba y reciclaba los residuos que se producían y el hombre se comportaba como todos los animales, como un ser nómada, que buscaba refugio y alimento donde la Naturaleza se lo proporcionaba, y permanencia en ese lugar hasta que los recursos fueran suficientes, los residuos y el impacto que generaba en hombre al planeta eran mínimos y de carácter orgánico. Esta condición perduro muchos años y sucedió hace más o menos 50.000 años a.C.
Luego el hombre se establece y aprende a cultivar sus propios recursos conformándose como una sociedad sedentaria, de esto hace aproximadamente 2000 años a.C. Mil años después, las sociedades humanas comienzan a elaborar instrumentos y a realizar trueques, constituyéndose como una sociedad comercial. Para este momento, los residuos de la humanidad se estaban confinando en lugares específicos alrededor de los asentamientos y sitios de comercio.
Desde hace más o menos 250 años, el hombre se industrializa y comienza la generación de la mayor cantidad de emisiones y residuos artificiales e irreconocibles por la Naturaleza. A partir de este momento, hacia el año 1750 d.C, es cuando el hombre inicia lo que se ha llamado la era de la industrialización, época de progreso y prosperidad social, pero también se inicia el mayor aporte de contaminantes de toda índole y a todo nivel hacia nuestros ecosistemas.
El aumento de los aportes a nuestros ecosistemas se incrementa exponencialmente a partir de la industrialización, en una serie sucesiva de desarrollo, que inicia con la era tecnológica en los años 50’s del siglo pasado, después con la era de las comunicaciones en los 90’s y en las puertas del siglo XXI, con la era virtual. Hoy en día estamos viviendo una crisis, producida por una tecnología al alcance de todos y a una velocidad de cambio asombrosas, acompañada por una infraestructura más desechable que engrosa las montañas de basura tecnológica y de consumo. Según los pronósticos, los recursos ya empezarían a escasear para la cantidad de humanos vivientes; para el año 2020, los recursos no serán suficientes para sostener a una humanidad estimada en 7.900 millones de personas.
Antes de desarrollar y profundizar en el concepto de huella ecológica, menciono estas palabras proféticas del inventor norteamericano Charles Kettering, aplicables a miles de circunstancias que ha vivido la humanidad, de la cual la situación actual no es la excepción: “Es posible que un mensaje de la vuelta al mundo en una fracción de segundo, pero quizá se necesiten años para que llegue del exterior al interior de la cabeza de un hombre”.
Huella Ecológica.
Que es una huella? Todos tenemos una huella que nos distingue, única e irrepetible, asi como las manchas y bandas de algunos animales, aunque parezca extraño, las manchas de las jirafas son únicas y las distingue una de la otra. Otro tipo de huella puede ser la señal que dejan en el terreno el pie, el rastro de los animales, las ruedas de un vehículo, etc., al pasar o posarse sobre la arena o la nieve, pero estas huellas son borradas por el viento o la marea fácilmente; son huellas también las impresiones o vestigios que quedan de un suceso, una acción pasada, como los fósiles (amonitas) o los rastros de una erosión por el agua o el viento durante muchos años, son huellas que no se borran fácilmente y que perduran a través de los años.
Pues bien, el hombre al paso por este planeta también deja una huella, una huella imborrable que llamamos la “Huella Ecológica”. La Huella Ecológica fue postulada por dos científicos ingleses, William Rees y Mathis Wackernagel, en el año1966, y la definieron como: “el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para generar recursos y asimilar los residuos ocasionados por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida”.
La Huella Ecológica tiene tres componentes principales: (1) un gasto atmosférico, que se refleja en una huella de carbono, incluyendo las emisiones por combustión y producción industrial;(2) un gasto de superficie, que se refleja en la huella por pastoreo, explotación forestal, producción de alimentos, zonas de cultivo y tierra urbanizada, que comprende toda área que el hombre utilice para su beneficio; y finalmente, (3) una huella del agua, que incluye las pesquerías y el uso del agua para riego, consumo y vertidos (ver la imagen introductoria).
Según el último reporte de Tierra Viva 2010, publicada todos los años por la WWF, ya se ha superado la biocapacidad del planeta para asimilar y restablecer la Huella Ecológica que hemos dejado. A la fecha, necesitamos un planeta y medio para poder sobrevivir los casi 7 mil millones de habitantes. Según este informe, el mayor aportante a esta crisis es la huella de carbono, la cual se ha duplicado desde los años 70’s (figura 1).
Figura 1. Huella ecológica del planeta desde el año 1961 al 2007. (Planeta Vivo 2010)
Las estadísticas han mostrado que esta huella ecológica ha venido aumentando paulatinamente desde los años 60’s sin que se haya realizado alguna actividad por detenerla. Es así como EEUU y los Emiratos Árabes son los países con mayor huella ecológica, si todas las personas del mundo vivieran como un ciudadano medio de Estados Unidos o los Emiratos Árabes Unidos, se necesitaría una biocapacidad equivalente a más de 4,5 planetas Tierra para poder mantener el consumo de la humanidad y las emisiones de CO2. Contrariamente, si todo el mundo viviera como un ciudadano medio en India, la humanidad utilizaría menos de la mitad de la biocapacidad actual del planeta.
Biocapacidad.
La biocapacidad por persona, obtenida al dividir la biocapacidad nacional entre la población del país, tampoco es equivalente en todo el mundo. En 2007, el país con la mayor biocapacidad por persona fue Gabón, seguido en orden decreciente de Bolivia, Mongolia, Canadá y Australia. En un mundo en fase de translimitación ecológica, la desigual distribución de la biocapacidad plantea cuestiones geopolíticas y éticas relacionadas con compartir los recursos mundiales (figura 2).
Figura 2. Cambios de la Huella Ecológica por persona en los países con altos, medios y bajos ingresos entre 1970 y 2007. (Planeta Vivo 2010)
La relación entre la huella ecológica y la biocapacidad determina que tantos recursos tiene un país para suplir la huella ecológica y que además sea sustentable. En la figura 3, se presenta el comparativo para los países de Latinoamérica y Norteamérica con el referente del promedio mundial (datos en Gigahectareas/Habitante – HaG). En esta figura se observan que países como Costa Rica, Cuba, Republica Dominicana, Guatemala, Méjico y Venezuela ya han superado la biodisponibilidad y no tienen forma de que sean sostenibles; algunos otros países como USA y Honduras, están en el límite de sostenibilidad y el resto de los países evaluados tienen más o menos biodisponibilidad para que sean regiones sustentables. Entre mayor sea la diferencia entre la biodisponibilidad y la huella ecológica, mayor será su sostenibilidad. Los valores del promedio mundial indican que ya hemos superado la capacidad del planeta para sostenernos.
De hecho, según el informe planeta vivo, en el año 1986 la curva de la huella ecológica y la Biocapacidad planetaria fue superada, es decir, ya cumplimos 25 años de sobre explotación del planeta.
Figura 3. Comparativo Huella Ecológica y Biocapacidad para los países de Latinoamérica y Norteamérica con el referente del promedio mundial (datos en Gigahectareas/Habitante – HaG). Fuente: Global Footprint Network, 2010.
Imagen introductoria: http://www.footprintnetwork.org/images/uploads/basics-overview-510.jpg
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Gracias Ricardo por sus valiosos aportes.
ResponderEliminarUniversidad Distrital.